lunes, 29 de enero de 2007

NEMESIS

En la mitología griega Némesis (llamada Ramnusia, la «diosa de Ramnus» en su santuario de Ramnus) es la diosa de la venganza y la fortuna. Es una deidad antigua, por lo que no está sometida a los dictámenes de los olímpicos. Castiga sobre todo la desmesura. Sus sanciones tienen usualmente la intención de dejar claro a los hombres que, debido a su condición humana, no pueden ser excesivamente afortunados ni deben trastocar con sus actos, ya sean buenos o malos, el equilibrio universal. Un claro ejemplo lo encontramos en Creso, que al ser demasiado dichoso fue arrastrado por Némesis a una expedición contra Ciro que provocó su ruina.

Mientras que Hesíodo la cree hija de la oscuridad y la noche (Érebo y Nix), Pausanias afirma que lo era de Océano y Eurípides, que su padre era el mismo Zeus.

Este último la persiguió incansablemente intentando hacerla suya. Némesis para evitar el abrazo del dios se metamorfoseó de mil maneras distintas. Finalmente se transformó en una oca y Zeus transmutado en cisne logró alcanzarla. Fruto de esta unión, la diosa puso un huevo que fue recogido por unos pastores y entregado por ellos a Leda. Ésta es una de las versiones del origen de Helena y los Dioscuros.

Se la representa con una corona y a veces con un velo que le cubre la cabeza, lleva una rama de manzano en una mano y una rueda en la otra.

Aunque la palabra némesis no se incluya en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en el Larousse aparece -en relación directa al mito griego- significando una fuerza compensadora de otra. En italiano, hace referencia a un hecho desafortunado que desencadena su propia compensación (ver desambiguación).

Némesis: Mit. Diosa griega que medía la felicidad y la desdicha de los mortales, a quienes solía ocasionar crueles pérdidas cuando habían sido favorecidos en demasía por la Fortuna. Con este carácter nos la presentan los primeros escritores griegos, y más tarde fue considerada como las Furias, es decir, como la diosa que castigaba los crímenes. El origen del culto a Némesis hay que buscarle en el temor que sentían los griegos a la cólera divina. Este culto no es de época muy antigua. Hesiodoto nos representa a Aidos y Némesis indignados del espectáculo de la perversidad humana, huyendo de la Tierra, envueltos en velos blancos; de suerte que para él Némesis no es más que una personificación del sentimiento moral, reprobador de toda violencia y de todo exceso. En los Cantos cúpricos se habla de la unión de Némesis y Júpiter, para dar nacimiento a Elena, lo cual expresa la idea de la cólera celeste, origen de todas las desdichas de la especie humana. El primer templo y los primeros altares que tuvo Némesis estuvieron en Ramnonta, lugar de Ática, y durante mucho tiempo su culto no salió de allí. Otra tradición nos presenta a Némesis como hija del Océano, tan antigua, por consiguiente, como los primeros seres, y de este modo su origen se une al de la vida moral de los dioses y de los hombres. Otras veces es una hija de la Noche o del Erebo, como todas las potestades fatales de la humanidad. Como hija de Dike es la divinidad equitativa que castiga el orgullo y la impiedad, estando, por lo tanto en relación con Temis, diosa del orden universal. El poder irresistible de Némesis está expresado por su asociación con Adrastea, divinidad asiática que se confundió con ella, hasta ser este nombre uno de sus epítetos. Némesis es uno de los atributos del dios supremo, y era, en unión de Adrastea, el instrumento de la cólera divina. Némesis fue siempre una divinidad funesta: la diosa de la venganza celeste. Por esta razón es la madre de Elena quien debía causar la ruina de los griegos y de los troyanos. Némesis fue perseguida por el dios del cielo, y para librarse de él tomó formas de monstruos marinos y de diversos animales terrestres, pero estas metamorfosis no impidieron que se entregase al fin a la pasión de Júpiter, y que el fruto de estos amores fuese una niña (Elena), Leda se encargó de criar y de educar.

Némesis fue representada llevando en la mano una rama de manzano y coronada con un stéfanos. Por lo demás, su tipo artístico no se ofrece con rasgos muy precisos. La estatua que la representaba en Ramnonta era, según Plinio, obra de Agoracritos, y representó en un principio a Afrodita (Venus), hasta que el autor la transformó en Némesis, vendiéndola así a las gentes de Ramnonta. Se creía que el verdadero autor había sido Fidias por amistad con Agoracritos, con cuyo nombre la firmó. De todos modos, en tiempo de Fidias el tipo de Némesis no estaba bien determinado. Pero más tarde aparece caracterizada con la corona llamada polos y por una actitud especial, que consiste en tener un dedo puesto sobre los labios como imponiendo silencio. Némesis aparece representada con la ninfa Adrastea en un carro tirado por grifos en las monedas de Esmirna. En las pinturas de los vasos suele aparecer en unión con Temis. En las indicadas monedas Némesis lleva en la cabeza un modius, medida de la que los dioses habían puesto a la ambición y a la felicidad humana, de la cual no debían pasar los hombres para no exponerse a ser perseguidos por la Némesis alada, que es como se la suele ver en algunos monumentos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

es lo ma sgrande que he leido en mi vida